A medida que el fútbol estadounidense crece en popularidad, el capital privado y el gran dinero están entrando al terreno de juego y cambiando el deporte para siempre.
Una nueva era de inversión en el fútbol
El fútbol en Estados Unidos ya no es solo un deporte de base jugado en parques y colegios. Hoy se está convirtiendo en una industria multimillonaria, atrayendo la atención de inversores desde Wall Street hasta Silicon Valley. La entrada del capital privado y grandes fortunas ha transformado no solo la Major League Soccer (MLS), sino también la estructura y ambición de las ligas inferiores, los sistemas de formación juvenil e incluso los acuerdos de retransmisión.
Esta transformación forma parte de una tendencia global, en la que las entidades financieras y las firmas de capital riesgo ven en el fútbol de EE. UU. un potencial sin explotar. Con sus altas tasas de participación juvenil, una creciente población inmigrante con tradición futbolística y una liga doméstica cada vez más sólida, Estados Unidos representa una oportunidad de oro tanto económica como culturalmente.
La huella del capital privado en la MLS y más allá
Históricamente, los clubes deportivos en EE. UU. eran propiedad de familias o individuos apasionados, con fuertes vínculos locales. Pero en los últimos años, las firmas de capital privado han tomado el protagonismo, cambiando ese modelo tradicional. En 2021, la MLS cambió sus reglas de propiedad para permitir que inversores institucionales compraran participaciones en los clubes. Este cambio radical abrió la puerta a los grupos de inversión interesados en un deporte que hasta entonces había sido financieramente conservador.

Firmas como RedBird Capital, Silver Lake y Arctos Sports Partners están invirtiendo activamente en activos relacionados con el fútbol. RedBird, por ejemplo, tiene vínculos con clubes europeos como el AC Milan y el Toulouse, y su presencia en EE. UU. está creciendo. Estos inversores aportan poder financiero, operaciones empresariales sofisticadas y redes globales que pueden acelerar el éxito comercial del fútbol estadounidense.
Pero no se trata solo de inyectar dinero en clubes. El capital privado también está invirtiendo en derechos de medios, startups tecnológicas deportivas y plataformas de interacción con los aficionados. El objetivo es crear un ecosistema en el que cada punto de contacto —dentro y fuera del campo— genere ingresos.
Ventajas y riesgos del gran dinero en el fútbol
No cabe duda de que el aumento de la financiación ha mejorado la infraestructura, las instalaciones de entrenamiento y el reclutamiento de talento. Ahora los clubes tienen recursos para crear academias de primer nivel, fichar mejores jugadores y competir en torneos internacionales. Para los aficionados, esto significa partidos de mayor calidad, fichajes emocionantes y una mejor experiencia audiovisual.
Sin embargo, el auge del gran dinero también genera preocupaciones. Una de las principales es que la comercialización desplace a la comunidad. Cuando el beneficio económico se convierte en el principal objetivo, las tradiciones locales, las aficiones fieles y las iniciativas de base pueden quedar en segundo plano. Esto preocupa a los puristas que temen que el fútbol estadounidense pierda su autenticidad en la carrera por el capital.
Además, hay inquietud por la ausencia de ascensos y descensos en el fútbol de EE. UU. Los inversores suelen preferir ingresos estables y predecibles, algo que ofrece el actual sistema de liga cerrada. Esto puede frenar el tipo de meritocracia competitiva que los aficionados al fútbol global esperan, donde los clubes suben o bajan según su rendimiento deportivo.
La influencia creciente de las celebridades y el dinero tecnológico
La aparición de propietarios famosos es otra dimensión interesante. Actores como Ryan Reynolds y Rob McElhenney han invertido en el club galés Wrexham, generando gran publicidad y una conexión especial con los aficionados. En EE. UU., estrellas como Matthew McConaughey (Austin FC) y Patrick Mahomes (Sporting Kansas City) también han apostado por la MLS.

Además, los milmillonarios tecnológicos y los fondos de capital riesgo están viendo oportunidades en el fútbol, atraídos por una audiencia cada vez más joven y digitalizada. Su inversión suele ir acompañada de ideas de innovación digital, como patrocinios con criptomonedas, tokens para aficionados (NFTs) y análisis de datos con inteligencia artificial. Estas innovaciones están cambiando tanto el funcionamiento de los equipos como la forma en que los aficionados se relacionan con el deporte.
El fútbol femenino: una nueva oportunidad de inversión
Aunque el fútbol masculino recibe la mayor parte de las inversiones, la National Women’s Soccer League (NWSL) se percibe cada vez más como un activo de alto crecimiento. En 2022 y 2023 se firmaron patrocinios históricos y contratos televisivos récord, y nuevas franquicias se lanzaron con valoraciones sin precedentes. El caso de Angel City FC en Los Ángeles, respaldado por un grupo de inversores lleno de estrellas, es un ejemplo de cómo los clubes femeninos pueden combinar impacto social y rentabilidad.
Las firmas de capital privado ya están empezando a mirar hacia el fútbol femenino. Con un aumento constante de la asistencia a los estadios, mayor cobertura mediática y una base juvenil creciente, el fútbol femenino ya no es una historia paralela, sino que está entrando en el centro de la narrativa futbolística en Estados Unidos.
¿Qué significa todo esto para el futuro?
De cara al Mundial de 2026, que se celebrará en Norteamérica, el papel del capital privado y del gran dinero será aún más relevante. Se espera que este evento dispare la popularidad del fútbol en EE. UU. y atraiga una avalancha de atención internacional. Esto crea una oportunidad única para que los clubes, las marcas y los inversores den forma a la nueva era del fútbol americano.
Sin embargo, para que este auge sea sostenible, el deporte debe encontrar un equilibrio entre el beneficio económico y el propósito social. Todos los actores deben recordar que, en su esencia, el fútbol es pasión, comunidad y formación. Si el capital se utiliza con inteligencia, puede ser el combustible que lleve al fútbol estadounidense a la élite mundial. Si no, corre el riesgo de alejar a los aficionados que hicieron que el deporte valiera la pena.
Relación con las actividades de SIA Academy
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El crecimiento del capital privado en el fútbol estadounidense refuerza aún más el valor de programas bien estructurados como el nuestro. Mientras el dinero puede construir estadios y financiar franquicias, son instituciones como SIA Academy las que construyen jugadores, líderes y el futuro del deporte. Preparamos a nuestros atletas no solo para tener éxito en esta nueva economía futbolística, sino para liderarla, uniendo la pasión de base con la ambición profesional.